Adentro de la Jaula (continuación de Jaulas)


Suicidarse es desafiar a la vida. Provocarla.

Ganarle de mano. Decidir cuando se termina todo antes que lo decidan por uno.

Es un acto tan asquerosamente cobarde como estupendamente valiente. Ser lo suficientemente débil para bajar los brazos y lo suficientemente corajudo como para arrojarse al vacio.

El suicida es un tipo ansioso. Un ser angustiado que no puede tolerar estar un minuto mas entre nosotros y decide pasarlo entre los otros.

¿Quien te apura?

Ni bien vi pasar el cuerpo de Esteban por la ventana del consultorio sabía que pronto le seguiría los pasos. Irónico. Justo a él que nunca había caminado, que siempre había estado postrado en su silla de ruedas, a él iba a seguirle los pasos.

Yo que pensaba que estábamos progresando. Yo que no supe entender la metáfora de la jaula. De su maldita obsesión con ser prisionero de su cuerpo inmóvil.

Tocan a la puerta. Las sirenas de la policía aullan como perros de caza. Yo soy su presa. Pero mi cabeza no va a decorar la habitación de nadie.

Abajo Esteban me espera con los brazos abiertos. Abiertos por las fracturas expuestas. Expuestas como mi incompetencia.

Cuando logran entrar a mi consultorio ya es tarde. Ya dí el ultimo paso.

Dicen que antes de morir nos invaden imágenes de nuestra vida. Diapositivas. Una sucesión de recuerdos de lo que fuimos y de lo que pronto dejaremos de ser.

A quien le sirva, sepan que no es así.

Comentarios

  1. Cada frase de tus cuentos es increíble. Me hacen reir... y mejor aún: me hacen pensar!

    Gracias por ser un gran despertador de sentidos!!

    Una fiel seguidora

    Ale

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  2. Alejandra,

    Gracias por los comentarios y por ser una fiel lectora de estos garabatos.

    Las fotos (como comentas en otro cuento) las busco para que cuadren de la mejor manera posible con el relato.

    Nuevamente...gracias!

    P.

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  3. lo que queda es esa mixtura entre asombro, angustia, ganas de leer más y de no haber leído nunca nada...
    muy buenoo

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  4. Muy buena 2da. parte.
    A esteban casi que lo puedo comprender...
    Ya no soporta mas no tener eso que nunca tuvo.
    Pero al psicólogo?
    Lo empujó la culpa, la negligencia. Y prefirió morir a estar encerrado en una jaula (de verdad).
    No me explico porque lo hizo. Ni siquiera era seguro que terminara en la cárcel pagando por esa vida.
    A lo mejor, quiso escapar de la condena de la sociedad, el ser señalado por incompetente, el ser dejado de lado...
    Como dice Alejandra, son relatos que te hacen pensar y replantearte algunas ideas...
    Saludos.

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