Cochinadas


...Se determinan la suspensión trabajos y servicios no esenciales de los sectores productivos, en todo momento se garantizará la producción de alimentos, medicinas y bienes y prestación de servicios indispensables para la población, por lo tanto se mantendrán abiertos mercados, supermercados, servicios de transporte, médicos, servicios financieros, telecomunicaciones, medios de información, gasolineras, recolección de basura, hoteleros, restaurantes, siempre y cuando no correspondan a espacios cerrados y con aglomeración...

Apago la tele. Todos hablan de lo mismo. Virus. Virus en CNN. Virus en Discovery Channel. Virus en Mtv. Dejo a Moura de fondo y enciendo un cigarro. Le doy dos pitadas y lo entierro junto a los cadáveres de veinticinco colillas que decoran el cementerio en el que se ha transformado mi cenicero.

Creo que estoy algo ansioso. Todo esta situación me saca de mis casillas. Este bombardeo mediatico. Gripe porcina hasta en la sopa.

Decido ducharme porque me siento sucio como un cerdo. Mientras la ducha escupe un hilo ínfimo de agua sobre mi alterada cabeza no puedo dejar de pensar e imaginar todo tipo de escenario. ¿Será este el comienzo del fin?. ¿La gripe porcina es una forma sutil de hacernos mirar para otro lado mientras la crisis económica se cobra mas victimas que el mismo virus?. ¿Me estoy quedando pelado?.

Mientras me seco la entre pierna tengo una revelación. Dos en realidad. Una un poco mas determinante que la otra. Me estoy quedando pelado y la culpa la tienen los medios.

Dicen que la culpa no es del mensajero pero prefiero tomar mis recaudos. Llamo al ejercito de salvación y hablo con un tal Jorge. Combino con ellos para que se lleven todo aparato que pueda servir como instrumento para que el mensajero entre a mi casa.

Porque, al final de cuentas, el verdadero virus es ese. La verdadera pandemia es la manipulación.

No me quedo con nada. Vuela la tele y la radio. A Don Mario, el dueño del puesto de revistas, le pido que deje de mandarme el diario. Doy de baja el servicio de internet ,el teléfono y el maldito celular.

Me transformo en una isla. Me pongo un barbijo mediatico para que no me afecte la realidad con la que nos escupen a diario.

En la calle esquivo toda fuente de contagio. No levanto la vista para leer titulares de diarios en los puestos de revista. Le pido al taxista que apague la radio cuando viajo. Cambio rápidamente el eje de la conversación cuando alguna persona comienza a hablarme de "la realidad". Nuestras charlas se centran en lo rico que estuvo el almuerzo y en lo hermoso que estuvo el día.

La gente cree que estoy enfermo. Pero no se dan cuenta que los enfermos son ellos.

La verdadera vía de contagio no es respiratoria.

(sigue)

Comentarios

  1. Me encantó, yo también me pongo el barbijo mediático, estoy harta del amarillismo de los medios en argentina, como vamos a hacer un mundo mejor si no conocemos de que se trata??
    Al margen, me gustó mucho el cuento por lo de siempre, el modo que tenés de escribir, las metáforas, la chispa para relacionar cosas...muy bueno!

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  2. Excelente tu reflexión de que la gripe A tapa la cochina crisis!

    Un gran problema que tenemos con nuestro consumo mediático es que la misma noticia la pasan en los noticieros de aire, los canales de noticias de cable y la comentan todos los programas de radio durante horas...
    Y a eso agreguemos los diarios, las revistas y los portales digitales...
    una reproducción de lo mismo hasta el hartazgo solo por seguir la "agenda"

    Así, lo estúpido termina cobrando relevancia y lo grave se transforma en paranoia...

    Pero yo trabajo en los medios, elegí estar enferma de eso...
    aunque uso con frecuencia interesantes antídotos mediáticos: el reproductor de mp3, los video juegos, o tan simplemente una radio tipo FM Hit!!

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  3. Está claro que hemos llegado a un nivel de dependencia tan grande que pensar en esta alternativa es producto de una alucinación.
    Los medios son eso, medios. El problema es que no toda la sociedad tiene la capacidad de filtrar y leer entre lineas...
    Me tomo la licencia de poner un comentario que me han hecho en otro espacio:

    "leí tu cuento, y debo decir que no comparto las teorías paranoicas sobre los medios, aunque supongo que atraen a mucha gente! Será una deformación profesional, como me dedico desde hace años a investigar medios masivos sé que no hay mano invisible... me gusta la imagen de la cámara de ecos: lo que hay en los medios es lo que hay en la sociedad, el pánico no lo crea la prensa (sólo lo legitima) sino la gente, y la prensa se hace eco de ese pánico. Además no hay que olvidar que los contradiscursos son fuertísimos: la sociedad necesita de un órgano que difunda, legitime y canalice las tendencias sociales (el pánico en este caso) y también de contradiscursos que se opongan a ese discurso mainstream (los comentarios de lectores, los foros, las conversaciones cotidianas e incluso los expertos, también citados en los medios, que dicen que no hay tal pandemia)."

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  4. Es excelente esta reflexión que traés a colación. aunque agregaría ciertas reflexiones:

    1. Muchas veces los medios se creen el "ombligo del mundo" como si aquello que no pasa por ellos no existiese. Es una "jaula" de la cual no pueden ni quierwen salir. Hay cosas que las transmiten como novedosas y en verdad hace tiempo que están: son como esos padres que se dan cuenta que la nena tiene relaciones sexuales con el novio cuando viene embarazada...

    2. hay mucha más gente de la que uno cree que es como el protagonista de este cuento y que está fuera del "circuito mediático". En la tele solo se habla de las elecciones... y los votantes no saben ni que se elige!!!

    3. la prensa legitima lo social en la multiplicación de la difusión ... y se autolegitima de esta forma también.

    Bueno, ahora vuelvo a mis antídotos pedorros de siempre... pero efectivos! jajaja!

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