Había una vez...



...un niño en el cuerpo de un hombre en la mente de un loco y en los ojos de un ciego.
Su inocencia rozaba con la mas llana imbecilidad.
El niño hombre, loco y ciego era un artista de las letras.
En algunas páginas un artesano esgrimiendo su pincel con prodigiosa elegancia y en otras muchas un operario de demoledora sacudiendo edificios con ira con su martillo.
El ciego recuperó la vista, el loco la cordura, el hombre el cuerpo y el niño la libertad.

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