Abandonados



Resulta irónico que justo ellos sean impuntuales. Los miembros de La Junta. Los que tienen al tiempo agarrado de las agujas.


Me agobia la sensación de estar siendo observado. Me asfixia la paranoia de no saber quien es quien en esta puesta en escena. Este inmenso decorado que algunos conocen como realidad.

 Mientras seguía dibujando siluetas con las gotas de café derramada en la mesa, se acerca un hombre muy bien vestido y sin pedir permiso toma asiento.


- Perdón por la demora Albert. Nosotros también nos equivocamos cada tanto.

- Sí. Claro. Pero hay errores que son imperdonables. Hay cuestiones que no comparto de este guión que está armando la Junta. Por eso necesitaba hablar contigo. 

-  Por eso estoy aquí.


- Cuando me transplantaron en 1905 para "corregir algunos errores" ,según me habías dicho la primera vez que nos vimos, en 1999, creo que obviaste mostrarme partes muy importantes de este rompecabezas. 


- Albert. Cada uno de nosotros tiene un rol muy definido en esta "sinfonía". La suma de las partes hace al todo. Cada instrumento es único como lo es su aporte a la ejecución de la partitura. Nosotros, como directores de orquesta, coordinamos los distintos instrumentos que la componen y ,muy especialmente, el tempo.


- El tempo. Muy gracioso. 


- Todos somos parte del todo. En términos teatrales, en esta colosal escenografía, cada actor cumple un rol específico. Cada personaje es importante. 


- El problema no es el la puesta en escena. No es la iluminación, no es el decorado. El problema aquí es "la obra". No quiero seguir en esto. No con lo que están haciendo ustedes.

- Ya veo. El problema, querido Albert, es que lo que tu llamas "obra" no es otra cosa más que lo que ellos conocen como la "realidad". De la "realidad" no se puede bajar nadie. 


- De qué maldita realidad me están hablando. ¿Esta farsa que digitan ustedes?. ¿Este circo de animales amaestrados?. No. No voy a seguir siendo parte de su espectáculo. No puedo seguir contemplando Hiroshimas, Nagasakis y Holocaustos en el nombre de una finalidad última. Acordé que me transplantaran a 1905 pero no para llegar a esto. Epílogo. Hasta aquí llegué.


Extraigo un arma del bolsillo de mi abrigo y la apoyo en la cabeza. El "decorado" se tiñe de rojo mientras el miembro de la Junta observa indiferente la dantesca escena. Mientras la sangre sigue brotando de lo que queda de mi cabeza y recorre zigzagueante la mesa para abrazar el piso y el zapato del miembro de la Junta, este hace un llamado desde su celular.


Fade in.

El director elige. Esa escena no está en el libreto. O sí pero no es menester del actor decidirlo.Si hay que repetir la toma, se repite. La junta dirige, escribe y produce.


Deciden retroceder el tiempo dos minutos y sacarme el arma. 

Si pudieron implantar a Hitler como no van a sacarme un mugroso revolver.


El agente de la Junta guarda su celular y vuelve a su posición. Como queriendo cuidar cada detalle de la continuidad buscando evitar rupturas en la fluidez de la acción o el diálogo, así como discrepancias en los detalles, grandes o pequeños.

Fade out.

- De qué maldita realidad me están hablando. ¿Esta farsa que digitan ustedes?. ¿Este circo de animales amaestrados?. No. No voy a seguir siendo parte de su espectáculo. No puedo seguir contemplando Hiroshimas, Nagasakis y Holocaustos en el nombre de una finalidad última. Acordé que me transplantaran a 1905 pero no para llegar a esto. Epílogo. Hasta aquí llegué.

Mi mano se zambulle en el bolsillo del saco y no encuentra mas que monedas y un papel prolijamente doblado. 

El miembro de la Junta me sonríe y se levanta de su silla para perderse nuevamente entre los extras.

Saco la nota del bolsillo y comienzo a leerla. Lentamente. Palabra por palabra.

"Albert. Me hubiese gustado contarte esto personalmente pero a la Junta no le gusta que interactuemos con los transplantados. No puedo ponerte en riesgo.

La Junta ha decidido no volver a intervenir como lo hizo a lo largo de la historia de la humanidad. No se harán mas "correcciones". Pasaremos a ser simples observadores de sus vidas. No habrá mas interferencias.  No habrá mas transplantados de tiempos distintos buscando encauzar sus propios errores. 

Todo se ha salido de cauce. 

Ya no alcanza con transplantar a las mentes privilegiadas de un tiempo a otro que no era el propio en busca de soluciones, de respuestas.

La Junta entendió, tarde, que ustedes aprendieron a caminar sin ayuda hace miles de años. Que sus errores son parte de su desarrollo. Que son producto de sus acciones. Que no podemos torcer su naturaleza. No podemos corregir su apetito autodestructivo. No pudimos impedir el Nazismo. No pudimos impedir las guerras, el hambre, la injustica.    

La Junta abandonará la Tierra.

Quedan a su merced."
Doblo la hoja. Cierro los ojos y vuelvo a buscar el revolver en mi bolsillo.

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